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Todo perfecto buena atención desde que llegas hasta que sales del hotel

Buen desayuno, con variedad de productos.

Fácil check in y check out y personal muy amable

Alojamiento tranquilo y limpio, las vistas eran asombrosas y la hospitalidad fue destacable.

Amplio Bonitas vistas Gran anfitrión al dejarnos pan recién hecho y vino

Ubicación cerca de zonas de restauración y al paseo marítimo

Nos recibió la madre del dueño, la señora Luisa, una mujer ENCANTADORA bajo todo punto de vista. Nos acogió con una sonrisa a pesar de que llegábamos con un poco de retraso. No sólo nos tenía preparada una maravillosa bienvenida con una cesta de frutas y una botella de Madeira como homenaje, sino que se ofreció también a traernos pan, tostas y mermelada de su casa, ya que era tarde y los supermercados iban a cerrar. La casa es muy coqueta, en un callejón tranquilo de la parte alta de Machico. Nos dejó sin palabras el estado de limpieza IMPOLUTA con el que nos encontramos al entrar en la casa, a lo que hay que sumar una cocina bien equipada con todo lo necesario y con herramientas y vajillas en perfectas condiciones. El baño también estaba perfecto, nada más que añadir. Queremos insistir en el hecho de que aunque sólo nos alojamos dos noches nos hemos sentido en cada momento como en casa, mimados y con la sensación de poder contar con los cuidados que hoy en día se están perdiendo por culpa del turismo masificado donde interesan sólo y exclusivamente las ganancias. Aquí hay pasión y amor por lo que se hace, hay un profundo interés en complacer a sus clientes para que puedan sacar el máximo provecho de su experiencia. En el caso de que volviéramos a Madeira, no dudaríamos en volver a quedarnos aquí y, además, animamos todo el mundo a que lo prueben y lo vean con sus propios ojos, estamos seguros de que no se arrepentirán. Obrigado Luisa y Pedro, ojalá nos veamos pronto y, por supuesto, más tiempo! Marco y María C.

La ubicación y el apartamento en sí. La comunicacion con el anfitrión